Lo que pasó.
A primera hora de la mañana del jueves, a las 9:45 EDT, el precio de Dogecoin ha subido un 29% y el de Shiba Inu un 27%. El Bitcoin, por su parte, el abuelo de las criptomonedas, ha subido un modesto 4,1%.
¿Cuál es la razón?
En esencia, lo que está ocurriendo es el comercio de impulso. Dogecoin recibió ayer un impulso en su perfil cuando Elon Musk (un conocido promotor de las criptomonedas) se enzarzó en una pequeña charla en Twitter con «Shibetoshi Nakamoto», el seudónimo utilizado por el creador de Dogecoin, Billy Markus.
En la primera respuesta, Nakamoto tuiteó a sus seguidores que «no hay promesas en las criptodivisas, excepto las de los estafadores».
A lo que Musk respondió rápidamente: «Si te envío 2 dux, ¿prometes enviarme 1 dux?». (Es de suponer que Musk aludía a la caricatura de J. Wellington Wimpy, «Te pagaré con gusto una hamburguesa el martes».
Al margen de la broma, el bitcoin ha continuado hoy con su aparentemente imparable ascenso, ganando el mencionado 4,1% y alcanzando una capitalización de mercado global de casi 1,2 billones de dólares.
¿Y ahora qué?
Si considera que la inversión a largo plazo es aburrida y el comercio es entretenido, entonces por supuesto que sonreirá con toda esta broma de buen tono en Internet. Sin duda, es más divertido negociar con tuits que indagar en los detalles de los registros de acciones en la base de datos de la Comisión de Valores y Bolsa.
Sin embargo, más abajo en la corriente de comentarios en Twitter, había una críptica advertencia de Nakamoto sobre el riesgo de comprar monedas de dudoso valor y de oferta infinita con la esperanza de que venga un tonto más grande y pague más por ellas.
No está claro sobre qué moneda concreta advierte Nakamoto que es una «estafa», aunque el hecho de que Shiba Inu acabe de alcanzar una capitalización de mercado total de 42.800 millones de dólares, superando a Dogecoin, con 40.100 millones de dólares, y convirtiendo a Shiba Inu en la octava criptodivisa más grande del mundo, podría ser revelador.
El hecho de que estemos asistiendo a un frenético comercio de dinero imaginario aquí en medio de la temporada de ganancias, cuando Microsoft acaba de reportar un salto del 49% en las ganancias y las ganancias de Alphabet acaban de saltar un 71%, es más que un poco extraño.