La propuesta de reforma de la Ley de confidencialidad de los bancos de EE.UU. demuestra un aumento de las regulaciones sobre las criptomonedas. La Red de Crímenes Financieros (FinCEN) y La Junta de la Reserva Federal (FSB) hablaron en un anuncio de prensa, llevado a cabo el 23 de octubre pasado que estas instancias recibirán las observaciones del ciudadano sobre la citada propuesta.
Con esta propuesta se pretende modificar las regulaciones a las normativas conocidas como mantenimiento de registros y regulación de los viajes. Una vez aprobada, las autoridades financieras tendrían el deber de informar respecto a las transmisiones con un valor igual o superior a 250 dólares en los Estados Unidos para las transacciones internacionales. Actualmente, la regla se aplica a las transacciones superiores a 3.000 dólares, lo que convierte a esta nueva propuesta en la reducción más amplia de la cantidad total de la transferencia. Los comentarios serán válidos hasta el 23 de noviembre del año actual.
Aclaran que la normativa se aplicará exclusivamente a las transacciones que se lleven a cabo en el extranjero. Las agencias indican además que también se aplican a la normativa las transacciones con «monedas virtuales y bienes digitales» del tipo Bitcoin, Ethereum y XRP:
En la regla propuesta, igualmente se aclara que esa normativa se refiere a las transacciones efectuadas por encima de un límite aplicable que involucran monedas y activos digitales con moneda virtual convertible, y a las relacionadas con activos digitales en curso de pago, aclarando la definición de «dinero» en ciertos términos definidos.
Con todo, en el caso de tales activos, la normativa se refiere a las «transacciones interiores y transfronterizas». Las organizaciones indican que las transacciones de la BTC han subido solamente de 366.000 millones de dólares en los EE.UU, en 2019, a 312.000 millones en 2020 y hasta agosto, como puede verse en la imagen a continuación. Ellos también indican que ha habido una mayor capitalización del mercado de Bitcoin. Los organismos señalan que en este mismo sentido:
(…) los malhechores han utilizado CVC (criptodivisas) con el objetivo de facilitar la participación en la capitalización del terrorismo en el ámbito internacional, la difusión de armas, la prevención de la evasión de responsabilidades y el blanqueo de activos a nivel trasnacional, así como la compra y venta de sustancias controladas, documentos de reconocimiento y dispositivos de digitales rotos y fraudulentos, falsificaciones, malware y otras modalidades de interceptación informática, armas de destrucción masiva y químicos tóxicos.